Fomentar la implicación real y efectiva de la sociedad civil, contribuir al empoderamiento ciudadano, pasa necesariamente por fortalecer a las asociaciones y colectivos que se constituyen para defender intereses comunes, sean temáticos, sectoriales o comunitarios. Esas entidades asociativas son, sin lugar a dudas, un vehículo privilegiado para canalizar la participacion de la ciudadanía, a nivel individual o colectivo, en la toma de decisiones públicas.
Particularmente, las asociaciones vecinales de nuestros pueblos, barrios o ciudades son parte esencial de ese tejido social asociativo, siendo una herramienta valiosa de defensa de las mejoras de su entorno que contribuye a la cohesión social de la comunidad.